El
Mago mira a su pequeña. Tiene tres años. Está jugando con la arena, en la
playa. No hay nadie más en la isla maravillosa. Próspero es feliz, casi.
Miranda es feliz, feliz, feliz.
Han
pasado doce años. Miranda no mira a su padre. Próspero tampoco mira a su hija.
Escribe en su Libro, ¿qué? La Tempestad.
Escribe a Ariel, duendecillo aprensivo, para que dirija la comedia. Escribe a
Calibán, para arrancarse su porción monstruosa. Escribe la tempestad, y la nave
que trae al principito. Ensayará la capacidad de éste como galán, y casará con él a su hija, para quitársela de la baba que lo
pringa.